Por qué decir “no” a nuestros hijos potencia su seguridad y confianza

Por qué decir “no” a nuestros hijos potencia su seguridad y confianza

 

¿Te cuesta mucho decir “no” a tus hijos? No te preocupes. A la mayoría de los padres nos cuesta negarnos a las peticiones de nuestros hijos. Los niños están todo el día pidiendo chucherías, un muñeco, un helado… No tienen límite. Incluso cuando son mayores nos pueden pedir llegar una hora más tarde a casa o no hacer algunas tareas domésticas.

Los padres tenemos que aprender negarnos a sus peticiones cuando no las veamos procedentes. Aunque queremos que nuestros hijos sean felices, los padres sabemos que no es bueno decirles siempre que “sí”. Los niños se pueden convertir en “pequeños tiranos” y creer que con una actitud reiterativa o agresiva pueden conseguir siempre todo lo que quieran.

En una familia hay que establecer límites y mantener unas normas básicas que deben mantener todos los miembros de la familia. Tenemos que aprender a decir que no a nuestros hijos sin sentirnos culpables. Los padres no podemos ser pasivos y dejar que hagan siempre lo que quieran. Tampoco podemos ser siempre demasiado rígidos y prohibirles cualquier actividad sin criterio.

Tenemos que analizar las situaciones una a una y tener un criterio consensuado para mantener el orden y la vida familiar.

A los padres les cuesta entender a sus hijos y conforme van creciendo cada vez les comprenden menos. Según el estudio del Observatorio de la infancia a los padres y madres a casi la mitad de la muestra (43,6%) les cuesta entender el comportamiento de sus hijos. Incluso detecta que los padres y madres que tienen hijos en la edad adolescente son quienes más dificultades encuentran para entender a sus hijos.

Aprender a decir “no”

Los padres tenemos que inculcar valores a nuestros hijos con nuestras decisiones. Debemos asentar los límites de su comportamiento y tener muy claro lo que pueden hacer y lo que no. Por ejemplo un niño de 12 no debe llegar tarde a casa aunque al resto de sus compañeros le dejen sus padres.

Lo más importante es que los padres tomemos siempre la decisión en conjunto. Si vuestros hijos os ven dudar, intentarán aprovechar esas diferencias entre vosotros para convenceros. Tienen que saber que cuando sus padres dicen que “no” es que “no”. Debéis explicarles vuestra decisión de una forma clara, concisa y sin fisuras.

Consejos prácticos para decir “no”

Os vamos a dar varios consejos para que sea más sencillos decir que “no” a vuestros hijos y podáis prevenir en lo posible sus rabietas y berrinches.

- Intentad utilizar un lenguaje claro que puedan entender vuestros hijos. Tenéis que mirarles a los ojos y decírselo con un tono neutro. Sin ser agresivos ni cortantes

- Pensad en las veces en las que os habéis negado a alguna de sus peticiones y cómo han reaccionado. Tenéis que mantener la calma aunque los niños reaccionen llorando, teniendo una rabieta u organizando un escándalo en público.

- Con tranquilidad explicad a los niños las razones de vuestra decisión punto por punto. Si os nota tranquilos, el niño acabará escuchando vuestros argumentos.

- Dialogad con vuestros hijos constantemente y dejad muy claro cuáles son vuestras ideas en todo momento. Si por ejemplo tu hijo sabe que solo puede tomar un helado al día, se conformará cuando te pida el segundo helado y le digas que no.

Si os mostráis seguros con vuestras decisiones, les estaréis transmitiendo seguridad y confianza. Unos valores muy importantes para su vida adulta.

Aunque en algunas ocasiones resulte duro decir “no” a los niños, a la larga será muy beneficioso para toda la familia.

Evitaréis que vuestros hijos se conviertan en niños consentidos acostumbrados a conseguir todo lo que quieran. No lo dudéis y comenzad aprender a decir que “no” cuanto antes.