Los hiperniños, el resultado de una protección excesiva

Los hiperniños, el resultado de una protección excesiva

 

Los padres queremos siempre lo mejor para nuestros hijos pero una excesiva protección puede convertirse en su mayor peligro. Los expertos ya hablan de una nueva generación: los hiperniños. Una generación que sufre en exceso el miedo a equivocarse, perder e incluso tener cualquier pequeño problema.

Nuestros hijos en la actualidad son capaces de jugar al ajedrez o de aprender japonés, algo impensable para las generaciones anteriores. Pero curiosamente sufren demasiado si no logran cumplir todas sus expectativas. Desde pequeños les intentamos dar todo lo que nos piden y les protegemos ante cualquier riesgo. Por ejemplo intentamos librarles de la regañina de la profesora cuando no han hecho los deberes con una nota de disculpa. Incluso recogen su cuarto cuando están cansados por la noche.

Para Eva Millet, autora del libro Hiperniños, ¿Hijos perfectos o hipohijos?, estamos criando “niños que no pierden el tiempo recogiendo sus cosas. Niños que eligen qué ropa ponerse, dónde y cuándo duermen y qué comen. Niños con bajísima tolerancia a la frustración. Niños que no tienen tiempo para jugar. Niños que son… hiperniños”.

Los peligros de la sobreprotección

Los padres actuales estamos siempre pendientes de nuestros hijos. Queremos que nuestros hijos sean perfectos y que haga todo lo que nosotros deseamos. Y además que consigan todos sus retos. Les apuntamos a ballet, chino, cocina tradicional… Pero a veces esta presión constante conduce a la frustración y ansiedad a los padres y a los hijos. La crianza se convierte en demasiado intensiva.

Además los niños han pasado en dos generaciones de ser ignorados, de comer en la cocina y de no poder hablar cuando están los mayores a convertirse en los dioses de la casa. En muchos hogares todas las decisiones giran alrededor de los niños. Hay que buscar un punto medio no pueden ser ni que sean un cero a la izquierda ni los tiranos de la casa. Incluso hay madres y los padres que siempre están pendientes hasta del último movimiento de sus hijos. Les protegen hasta el extremo. Incluso evitan que jueguen al aire libre o que sufran cualquier riesgo en su día a día.

Padres hiperprotectores

En la actualidad hay padres que casi se convierten en servidores de sus hijos. Por ejemplo recogen lo que tiran al suelo. Además están todo el día pendientes de sus deseos y necesidades. Incluso en algunos hogares los niños eligen las comidas familiares o la película que hay que ver en el televisor.

Las razones de esta hiperprotección son variadas pero los expertos creen que tiene un gran peso la baja natalidad, ya que contamos solo con 1,3 hijos de media por cada español. Además se ha convertido en una natalidad tardía y muy planificada lo que muchos padres quieren que todo salga a la perfección en la crianza de sus hijos. Se suele convertir en una carrera hacia lo mejor. Los niños se convierten en un reflejo de la educación de sus padres.

Cambiar la realidad

Los padres tenemos la oportunidad de cambiar esta situación si nos lo planteamos. Para lograrlo tenemos que cambiar radicalmente nuestra actitud- El primer paso es no sobreproteger tanto a nuestros hijos. El segundo es dejarles que se equivoquen y que se caigan. Los niños tienen que ser más autónomos y aprender a levantarse solos. Os vamos a dar varios consejos prácticos para cambiar de actitud y llograr que nuestros hijos sean más autónomos.

1. Poner límites y normas

Nuestro hijo no puede decidir a qué hora tiene que dormir o que quiere comer todos los días. Nuestra sociedad tiene límites y normas y los niños deben aprender a respetarlas desde pequeños. Si no comenzarán a chocar con la realidad y el entorno desde el primer día que entren en el aula de educación infantil. Debemos establecer horarios y límites en el día a día. No debemos preguntarle qué quiere comer o cenar todos los días. Tenemos que marcar un calendario y un menú de comidas para toda la semana.

2. Establecer responsabilidades

Desde pequeños nuestros hijos deben tener pequeñas responsabilidades y obligaciones. Por ejemplo una buena idea es que aprendan a recoger sus juguetes cuando desordenan su habitación. Si lo hacemos por ellos una y otra vez, nunca aprenderán a recoger. Los niños deben ser responsables desde pequeños y tener sus responsabilidades.

3. Un poco de autonomía

Es importante que les dejemos un poco de autonomía en su vida diaria. No podemos controlar cada uno de sus pasos. Por ejemplo no tenemos que controlar sus estudios y deberes. Si se les olvida un cuaderno, o no han apuntado los deberes en la agenda, tienen que empezar a solucionarlo solos. Seguro que el próximo día no se les olvidará ese cuaderno en clase.

4. No hacerles inseguros

Los niños tienen que saber que si se hacen una herida en la rodilla jugando al fútbol, se curará rápidamente con un poco de alcohol y betadine. Si no le dejamos jugar al fútbol la próxima vez porque se pueden caer le cogerán miedo y no querrán volver a jugar. Desde pequeños deben aprender a caerse y a levantarse solos. Tenemos que fomentar su autonomía y que pierdan el miedo a las caídas o los fracasos.